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Cada día, millones de personas utilizan un cargador de pared o poste para alimentar la batería de su vehículo eléctrico, y es que este sigue ganando enteros como alternativa de movilidad entre la población. Así, este gesto que hasta hace bien poco era una rara avis, comienza a convertirse, por suerte, en algo más habitual y cotidiano en nuestro entorno. Quien más quien menos se ha percatado de la existencia de cargadores para vehículo eléctrico en un parking público, en una gasolinera, en un punto público de recarga en pleno corazón de la ciudad o en el garaje de su comunidad. Pero, ¿cuántas veces te has parado a pensar cuántos tipos de recarga existen y cuál es su tecnología? Y es que, como tantas otras cosas cotidianas, la recarga del vehículo eléctrico esconde una tarea compleja de investigación y tecnología que hoy queremos explicar. ¡Vamos a por ello!
Hoy por hoy existen cuatro modos de recarga, aunque una de ellas se encuentra en práctica desaparición. Echemos un vistazo a cada uno de los modos y qué es lo que les caracteriza.
Modo 1. Se trata de un tipo de recarga que, debido a su riesgo de sobrecalentamiento, está en práctica desaparición. Tal es así que en países como Estados Unidos este modo está prohibido. Básicamente es el sistema más antiguo y «analógico», ya que no existe comunicación directa entre la toma y el vehículo, como si existe en el resto de modos que veremos más adelante. Además, la carga es lenta, en corriente alterna y con una potencia máxima de carga que llega a un pico de 3,7 kW.
Modo 2. Este modo es bastante parecido al anterior en su base de funcionamiento, ya que también puede tener una potencia máxima de 3,7 kW y la recarga lenta se produce en corriente alterna. Pese a ello, se trata de un modo habitual -la gran mayoría de los vehículos 100% eléctricos o híbridos enchufables están equipados con este cable de carga- que se diferencia del Modo 1 en la intercomunicación entre vehículo y cargador. Básicamente, si la red eléctrica experimenta cualquier tipo de alteración no prevista o error, nuestro cargador corta la recarga y protege a nuestro vehículo de posibles subidas de tensión, por ejemplo.
Es reconocible porque no deja de ser una «caja» que se conecta a una toma de enchufe y que cuenta con los sistemas de protección para asegurar una correcta carga sin sustos. Esta caja permite la carga lenta en tipo monofásico y con un voltaje de 230V.
Tipos de recarga de vehículo eléctrico
Modo 3. El chico popular del instituto. Se trata del tipo de recarga más reconocible que podemos ver instalado en el típico cargador de pared del garaje de nuestra comunidad, del parking público donde estacionamos para visitar una ciudad o del aparcamiento de nuestro trabajo. Se trata de un modo de recarga, también alterna, que mejora a las anteriores gracias a contar con aún más sistemas preventivos ante alteraciones en la red y una mayor intercomunicación entre red, cargador y vehículo. Se puede diferenciar de los anteriores por un dispositivo llamado wallbox que se fija a la pared de la instalación. Este es el encargado de hacer las funciones de protección y comunicación entre red y vehículo.
Según dicta la legislación española, este modo de recarga es el obligatorio para los punto de recarga de uso público, complementado con el Modo 4 que veremos más adelante. Su recarga es monofásica o trifásica, permitiendo así que, si nuestro coche está preparado para ello, lo recarguemos en 32 amperios (a más de 7.2 kW y 400V, llegando a alcanzar los 43 kW en algunos casos). Es, de los tipos de recarga, el más seguro, fiable y rápido.
Modo 4. El tipo de recarga más presente en electrolineras y espacios públicos al aire libre. Para que nos entendamos, se reconoce fácilmente porque es, visualmente, lo más similar al tradicional surtidor de gasolina que todos conocemos ala perfección. Tal es así que el cable viene incorporado en el propio punto de recarga.
Su principal característica, quizá debido a su lugar de emplazamiento, es su rapidez. Se trata de un sistema de recarga en corriente continua, a diferencia de los anteriores, que oscila en potencia entre los 50 kW (super rápida) y los 350 kW (ultrarrápida), que nos permite recargar la batería de nuestro vehículo en, al menos, un 70% en la primera media hora. Por ello, este tipo de sistema requiere de una infraestructura eléctrica más compleja que la que podemos permitirnos instalar en nuestro hogar; motivo por el que siempre lo encontraremos en espacios compartidos públicos.
Bien, ahora ya sabemos los cuatro principales tipos de recarga, si bien queda otra gran incógnita que despejar antes de darnos por satisfechos con nuestra nueva dosis de conocimiento tecnológico: el tipo de conector (enchufe) que utilizamos. Así, de nuevo, encontramos cuatro tipos de conectores diferentes. ¿Les echamos un vistazo?
1. Conector Schuko. Básicamente es nuestro enchufe doméstico, el que todos tenemos en nuestras casas y que nos sirve para conectar desde el microondas a nuestro ordenador. Evidentemente, y como podremos comprender dada su versatiidad, no es el tipo de conexión más recomendable para cargar un vehículo eléctrico de manera rápida; y es que su intensidad y potencia son más bien limitados. Es el típico conectar que nos puede venir bien para soluciones de movilidad eléctrica alternativas cuya batería es de capacidad limitada, tales como motocicletas o patinetes; si bien también puede servir para nuestro híbrido enchufable.
2. Conector Tipo 1 o Yazaki. Se trata de un tipo de conector muy común es Japón (predecible, ¿verdad?) y en Estados Unidos; si bien no es el más común en Europa, donde abunda nuestro siguiente protagonista.
Tipos de conector para recarga de vehículo eléctrico
3. Conector Tipo 2 o Mennekes. El más común en Europa y el que habitualmente utilizamos en el modo 3 de recarga de vehículo eléctrico. Se trata de un tipo de conector que se utiliza para los vehículos que no admiten cargas rápidas superiores a los 43 kW.
4. CCS o Combo 2. Este tipo de conector es muy similar al Mennekes o Tipo 2, pero contiene una particularidad que lo hace hábil para cargas mucho más rápidas en corriente continua; básicamente para ser utilizado en el modo 4 de recarga. Y es que el Combo 2 se sirve de una pequeña tapa con dos bornes extra al conector tipo Mennekes, que muchos vehículos eléctricos tienen de serie. De esta manera se garantiza una conectividad complementarial. Se trata del conector estándar en Europa y cuenta con diversos tipos y prestaciones según el servicio, permitiendo conectar potencias de 43 y 50 kW, así como ultrarrápidas de hasta 350 kW.
5. CHAdeMO. Un «fósil» dentro de esto de los cargadores de vehículo eléctrico. Era el antiguo cargador rápido (equivalente al Combo 2 o CCS) pero de procedencia japonesa. Básicamente encontraremos este tipo de recarga en mercados que no sean Europeos, ya que en territorio comunitario tanto el conector tipo Mennekes como el CCS han sido adoptado por todos los fabricantes, desterrando al CHAdeMO al mercado japonés, principalmente.
Así de fácil. Ya conocemos qué tipos de recarga existen y cuál es el más indicado para nuestro vehículo. Pero, ¿sabes cómo funcionan las estaciones de recarga para vehículo eléctrico? No te apures, que no hace falta que sigas leyendo; puedes enterarte echando un vistazo a este vídeo, que lo explica a la perfección en apenas dos minutos. Merece la pena:
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